La actividad, los servicios y los productos culturales resultan determinantes para el desarrollo integral —económico y social— de una comunidad, municipio, estado o región. Hay argumentos suficientes para caracterizar a la cultura como un sector productivo y rentable, con renovado potencial para contribuir al crecimiento económico. En países como México se han realizado estudios nacionales que demuestran lo anterior, y recientemente se ha buscado llevar a cabo estudios de este tipo a un nivel más desagregado, como el regional y local.
Foto tomada de Flickr/CC/ackino
Hace poco se realizó un estudio auspiciado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ( pnud ) en el cual se cuantifica la participación de las actividades basadas en la cultura y la creatividad en el Producto Interno Bruto de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México ( zmcm ) y del Distrito Federal, con base en el cálculo del valor agregado bruto de cada una de las actividades económicas seleccionadas.
La Ciudad de México es identificable como una unidad social y económica con demarcaciones políticas, pero también con una dinámica y vibrante comunidad cultural que contiene elementos patrimoniales, que genera y atrae creatividad en términos de una vasta diversidad y que se constituye en una fuente de riqueza artística, económica y cultural.
La capacidad de atraer inversiones productivas que tiene una ciudad o región depende de la calidad de vida que ésta pueda ofrecer a sus propios residentes y a los de otras regiones. Y son precisamente los proyectos culturales los que dimensionan de manera significativa la calidad de vida de una localidad.
La zmcm es un conjunto de 57 municipios/delegaciones; incluye las 16 delegaciones que integran al d.f. y, por razones de crecimiento demográfico, abarca también 40 municipios del Estado de México y uno de Hidalgo.
Zona Metropolitana de la Ciudad de México
Fuente: Sedesol
En 2003, las actividades basadas en la cultura y la creatividad registraron una aportación al pib de la zmcm de 4.88%, que al incluir el componente de la “economía sombra” (actividades no capturadas por los procesos estadísticos oficiales) asciende a 8.29 por ciento.
Este porcentaje resulta muy elevado debido a efectos tanto de oferta (aglomeración de creadores y artistas, infraestructura cultural disponible, capacidad de divulgación, por mencionar tan sólo algunos) como de demanda (poder adquisitivo, hábitos culturales, etcétera). Además, la economía sombra alcanza una proporción preocupante pues es casi cuatro veces superior al promedio nacional.
En lo que se refiere solamente al Distrito Federal, las industrias culturales y creativas de la economía formal tuvieron una aportación de 5.43% con respecto al pib del d.f. , que se eleva a 8.92% al incluir a la economía sombra.
En el Distrito Federal, como en otras ciudades del mundo, las industrias creativas tienden a concentrarse en distintas áreas específicas o clusters. Un claro ejemplo es el teatro, actividad que tiende a establecerse en ciudades con la escala de espectadores suficiente para la viabilidad de producciones teatrales, atrayendo así de todo el país a los actores y espectadores que quieren participar en esta industria. La economía de aglomeración referida es también crítica por el lado de la oferta, con la disponibilidad (en volumen y precio efectivo) de actividades complementarias, como otros creadores (actores, productores, tramoyistas, coreógrafos, escenógrafos, iluminadores, etcétera), y oficios y profesiones complementarios de la operación teatral (electricistas, carpinteros, transportistas, servicios financieros, etcétera).
Foto tomada de Flickr/CC/Joaquín Martínez
Otro elemento que contribuye a explicar el tamaño particularmente grande de la economía de la cultura y la creatividad en esta región es la capacidad de ésta de atraer elementos creativos de otras partes, lo que también es atribuible a los factores de oferta y demanda descritos arriba. Ésta puede ser denominada como “fuerza centrípeta de la economía de la cultura y la creatividad”.
Es de suma importancia, con base en los números antes expuestos, que se analicen con mayor detalle las actividades basadas en la cultura y la creatividad de la Ciudad de México y su área Metropolitana, a fin de determinar su peso económico y los beneficios sociales de implementar políticas públicas específicas que sirvan para explotar el potencial de este importante sector de actividad económica. Lo anterior con independencia de que dichas actividades sean o no cuantificadas por las estadísticas oficiales.
Este análisis representa un ejercicio pionero en México y la región pues mide la actividad económica basada en la cultura desde una perspectiva que abarca más allá de las industrias culturales, al tiempo que se concentra en una región específica como la zmcm .
Escultura de Jesús Corro Ferrer para la Canaco (1989).
Foto tomada de Flickr/CC/Espartaco
Además de medir la aportación que realiza el sector cultural a la economía de la zmcm, el estudio identificó que la economía sombra ha aumentado significativamente tanto en la zona entera como en el d.f. , con tasas medias de crecimiento en cinco años cercanas al 150%. Éste debe ser un tema de preocupación para las autoridades locales y federales ya que les impide obtener ingresos adicionales vía impuestos, además de propiciar la ilegalidad y mermar los beneficios de los creadores.
Con todo, es importante que este tipo de análisis se desarrolle para el resto del país como un esfuerzo conjunto dirigido a identificar las dolencias y carencias del sector cultural y a permitir a los gobiernos hacer políticas públicas específicas que ayuden a potencializar los cuantiosos beneficios que resultan de la cultura. ~
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1 El Producto Interno Bruto ( pib ) se define como el conjunto de los bienes y servicios de uso final producidos en un país, en un periodo determinado, generalmente de un año.