¿Qué hacer para que los esfuerzos y los recursos invertidos a favor del desarrollo de los sectores más desprotegidos de la población tengan un impacto duradero en la vida de las personas?
Casi la mitad de los mexicanos vive en situación de pobreza, y las cifras confirman, año con año, el terrible estado de la educación, la salud, la nutrición y la empleabilidad. En mi opinión, esta situación continúa no por falta de ayuda, de interés o de capital, sino por falta de organización. Actualmente hay muchas personas subidas en un barco remando, pero cada quien rema en la dirección que mejor le parece, y muchas veces chocan entre sí. Como no hay un destino claro, los esfuerzos se diluyen, el impacto es mediocre.
¿Cómo hacer para que cada esfuerzo, cada iniciativa, sume? En otras palabras, ¿cómo hacer para que un niño pobre becado pueda conseguir trabajo después? Y sobre todo, ¿cómo lograr que el origen de las personas no determine su futuro? Porque esa es la realidad más cruda en México. La mayoría de las personas se quedan en el nivel socioeconómico donde nacieron sin importar cuántas fundaciones, programas gubernamentales y empresas les den despensas, becas, cobijas, juguetes o medicamentos. A esta capacidad de subir (o bajar) en la escalera socioeconómica se le llama “movilidad social”.
Hace dos años, un estudiante mazahua de secundaria me preguntó un poco molesto por qué yo quería que él siguiera estudiando, si su hermano había acabado el bachillerato, viajó a la Ciudad de México, solo consiguió trabajo como pasante de albañil y al poco tiempo ya ni de eso lo contrataron. En ese entonces yo ya estaba convencida de la urgencia de impulsar la movilidad social. Pero el intercambio con el estudiante fue el empujón que necesitaba. Si no organizamos los esfuerzos para crear una cadena de valor que asegure que una beca se traduzca más adelante en una oportunidad laboral, el impacto se diluye. Con esa semilla nació SomosTodos.mx.
A fin de colaborar para que haya organización y una meta en común, desarrollamos un modelo de trabajo con organizaciones de la sociedad civil (OSC), fundaciones, programas empresariales de responsabilidad social y programas de Gobierno que promuevan la generación de movilidad social. El primer paso fue fijar como meta común dicha movilidad. Con un destino claro, los barcos pueden seguir una dirección definida, y se empieza a propiciar un proceso esbelto, ya que todo lo que no genera movilidad social queda fuera del modelo. El segundo paso consiste en alinear los esfuerzos de las prácticas e iniciativas más profesionalizadas. Hay miles de programas que dan becas, o que construyen casas, o que luchan contra la desnutrición. Nosotros trabajamos solamente con aquellos que tienen censos iniciales, metodologías y procesos con indicadores, medidores y resultados claros y tangibles. Y más aún: solamente con aquellos cuyo impacto es medible y positivo, es decir, que tienen un retorno social de la inversión positivo.
Esto se traduce en la construcción de peldaños fuertes y estables donde de otra forma no los habría, para que la población apoyada tenga oportunidades reales de ir subiendo en la escalera socioeconómica y salga del sótano de la pobreza.
Un ejemplo es la alianza que tenemos con Fundación Valle La Paz, A.C. en Valle de Bravo. El programa tiene como objetivo la inserción laboral de los pobladores de las cuatro comunidades con las que trabajamos, a través de la capacitación técnica en el desarrollo, como agricultores, de cultivos orgánicos. El programa cubre distintos escalones: sirve desayunos infantiles de calidad con perecederos orgánicos cosechados por los mismos niños, opera un consultorio médico comunitario, contribuye al desarrollo local de ecotecnias y trabaja con aliados empresariales, como restaurantes Vips, para asegurar que haya mercado y se puedan comercializar los productos orgánicos. Involucrando a la comunidad y apoyando la cobertura de necesidades básicas, el programa ha cosechado logros impresionantes, como la reducción de la desnutrición infantil en más de 10% en menos de seis meses. Además, promoviendo la agricultura orgánica, Fundación Valle La Paz, A.C. pone sobre la mesa una alternativa atractiva y rentable, en especial para los jóvenes de la localidad que antes no tenían opciones laborales y acababan emigrando a Estados Unidos o trabajando en cultivos ilegales.
SomosTodos.mx es el fruto de un ideal, de muchos años de trabajo, de pensar qué hacer para mejorar el país. Y estoy absolutamente convencida de que a través de SomosTodos.mx vamos a lograr que los esfuerzos de la sociedad civil, del sector privado y del Gobierno se encaminen hacia la generación de movilidad social y que, como resultado, esa mitad de mexicanos que viven en pobreza, y que las cifras dicen que se van a quedar en el sótano, logren subir en la escalera socioeconómica y mejorar no solo sus vidas sino su entorno y su país.
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ARIANA GÓMEZ FLORES es directora general de SomosTodos.mx.
Felicidades a somostodos.mx por el excelente trabajo que realizan y a la revista Nuestro País por generar espacios para estas discusiones en pro de llevar a nuestro país hacia un mejor futuro.